domingo, 22 de agosto de 2010

Fernando Meana

HISTORIAS DE HOSPITAL:

Todo el piso negro,

y las paredes repletas de azulejos blancos,

una cantidad enorme de gente,

y una buena iluminación

conformaban un ambiente típico

para las personas que pasaban habitualmente

por ese pasillo.

La espera era infinita para Fernando,

que vió pasar una camilla rodeada de médicos y enfermeras,

sentía ganas repentinas de acercarse a ver qué había pasado,

vió que entraban en la sala de operaciones.

Entró después de ellos,

sintió sus últimas ganas de acercarse a ver al paciente que estaba siendo operado,

se acercó al grupo de gente y lo vio todo desde arriba,

cuando logró darse cuenta que el cuerpo le pertenecía,

justo dejó de sentirse atado a su vida terrenal,

dió media vuelta y se dirigió

a la eternidad.


MI AMOR.

Estoy sentado en el patio de un hospital,

observando el andar de los médicos,

de los cocineros,

de las personas que están siendo atendidas,

observo que nadie hace su camino en línea recta,

todos esquivan obstáculos

y algunos terminan trazando un camino largo hasta el infinito,

todos son buena gente,

cada uno tiene algo que hacer.

yo me considero una de las personas que tienen un buen porvenir,

te estoy esperando a vos,

que vas a ser lo mejor que me haya pasado en la vida.

Aunque nuestros encuentros hayan sido fugaces,

espero que si hoy venís,

pueda retribuirte con una presencia que te gratifique.


FICCIÓN REALIDAD:

escribo, en un cuaderno que tiene cuarenta y ocho hojas,

unidas de forma espiralada, mi mano está muñida

de una lapicera,

y un borra-tinta de segunda marca,

fantaseo con escribir alguna de las mejores historias

que jamás hayan sido contadas,

soy un infantil, todavía creo que pienso que las historias que escriba no han sido contadas ya,

mi lapicera está empezando a dar sus primeros trazos,

escribía,

escribía,

escribía sin parar,

el espiral del cuaderno se separó del mismo de una forma ordenada,

vi que el cuaderno se cerró,

se metió en el cajón del escritorio,

cuando yo quiero saber qué va a pasar,

el espiral se vuelve de un tamaño enorme,

toma el control de mi cuerpo y me envuelve con su metal.

Veo que toda una energía se empieza a formar,

no fue grata mi sorpresa sino hasta que comencé a sentir que me trasladaban hacia otro lugar,

el espiral estaba efectuando una tele-transportación:

-¿dónde estoy?-

-hola, soy el capitán nemo, usted está en el Nautilus-

No hay comentarios: